jueves, 28 de febrero de 2008

seguridad parte 2

Chapucear para escaparMástil, botavara, pie de mástil o quilla, estas son la cuatro partes que nos pueden dar problemas, ya sea por su rotura, por la rotura del cabo que las asegura como en el caso de la botavara, o por perdida en el caso de la quilla. También es posible que se rompa el tope de la vela, quedándose ésta arrugada y con un metro de mástil saliendo por arriba pero, incluso con una tabla pequeña, este problema no debe suponer más que perdernos una buena sesión o tener que andar un trecho de playaDesmontar en el agua sin perder nadaSe trata de una técnica sencilla de memorizar para poder desmontar el aparejo y atarlo a la tabla sin que en ningún momento pueda perderse ninguna pieza. Puede resultar muy útil en caso de romper el mástil cuando estamos navegando en olas y alguien nos tiene que remolcar o, en caso de no tener ayuda, vernos en la situación de tener que atravesar la rompiente para llegar a la playa. También, y en un caso mucho más alarmante, ésta es la única manera de volver a la playa con todo el equipo cuando nos hemos quedado: ¿quién no se ha visto sorprendido alguna vez por una súbita bajada de viento y, a los cinco minutos, comprobar que lo que ahora sopla es una penosa brisa de tierra? Como todos saben, la norma general es no abandonar el material en ningún caso, ni la tabla ni la vela, pero, ¿qué hacemos si vemos que nos estamos alejando lentamente de la playa sin posibilidad de hacer waterstart? La tabla nunca la vamos a abandonar, evidentemente, pero ¿y el aparejo que no nos deja remar hacia tierra? En casos puntuales (corriente que nos lleva hacia mar adentro) lo más eficaz puede ser soltar el aparejo y remar con fuerza hacia la playa, pero en general no hay que tomar esta decisión drástica: por un lado están los uss que nos ha costado el aparejo y por otro la posibilidad de que el viento suba y podamos volver a navegar con nuestra vela. Conociendo esta técnica tenemos una segunda opción.Paso nº 1: Aflojar el cabo de abajo pero teniendo cuidado de hacer un nudo de seguridad en el extremo de éste para que se quede pillado en el último pase de la polea y la vela no pueda llegar a separarse de la tabla en ningún caso. Paso nº 2: Soltar el cabo de la escota de la botavara.Paso nº 3: Separar el cabezal de la botavara del mástil.Paso nº 4: Deslizar la botavara hacia abajo, hasta dejarla apoyada sobre la tabla, y atar el cabo de la escota en el footstrap trasero para asegurarla a la tabla.Paso nº 5: Ya que la vela está asegurada a la tabla podemos sacar el mástil de la funda sin que ésta pueda escaparse.Paso nº 6: Pasamos primero la base del mástil (parte de abajo) en uno de los footstraps delanteros y después el tope (parte de arriba) en el otro. Si es un mástil fino caben las dos partes en un solo footstrap.Paso nº 7: Nos dirigimos hasta el extremo de la vela y la enrollamos lo más ajustada que podamos. Paso nº 8: Colocamos la vela sobre la tabla y la aseguramos por ambos extremos: en el pie de mástil con el cabo de la amura, aprovechando para amarrar bien la botavara, y en el footstrap trasero con lo que sobra del cabo de la escota o con un cabo de seguridad.Ya está todo ensamblado y asegurado a prueba de olas. Ahora podemos nadar y llevar el bloque empujándolo de vez en cuando o subirnos y remar hacia la playa... ¡Buen desembarco!3) Náufrago por unos minutos, técnicas de autorescatePongámonos finalmente en el peor de los casos: tirados en el mar con viento de tierra (si el viento sopla de mar la cosa normalmente no pasará de perdernos una buena sesión), ya sea por bajada repentina del viento, por subida exagerada de éste o por rotura del material. Por supuesto, lo primero es pedir ayuda instantáneamente, sin dudar, por fácil que parezca la situación, olvidándonos de nuestro ego y poniéndonos en el peor de los casos desde el primer momento, no vaya a ser luego demasiado tarde. Lo haremos sentandonos en la tabla y haciendo señas con los brazos para que nos vean los demás windsurfistas o alguien que esté en la playa. Si no hay nadie alrededor pero hemos tenido la precaución de llevar un teléfono móvil, marcaremos el num de prefectura o de la policia, números que llevaremos metidos en la memoria, y explicaremos con claridad nuestra situación y las referencias visuales para nuestra localización... A partir de aquí, mientras llega o no llega el rescate, lo primero y más primordial es mantener la calma para poder evaluar la situación con claridad y tomar la decisión acertada. Más vale perder unos minutos analizando qué opción tomar, que perder una hora de tiempo y energías para darnos cuenta después que estamos peor que al principio. Veamos los diferentes supuestos: Si el viento es demasiado fuerte para nuestro nivel y no conseguimos navegar más de veinte metros seguidos sin salir catapultados, jamás soltaremos el aparejo para intentar llegar a tierra remando sobre la tabla: es imposible luchar contra el viento y sólo conseguiremos que éste nos arrastre diez veces más rápido que con la vela metida en el agua. Es duro decirlo pero en este caso sólo cabe asegurarse al material mediante un cabo entre el arnés y el pie de mástil y esperar sentados en la tabla a que llegue el rescate o el viento se suavice. En tal caso, obviamente, no hay que obsesionarse con volver al punto de partida, al coche. Lo primordial es llegar al punto más cercano de la costa antes de que se nos acaben todas las energías.Si el viento ha bajado tanto que no conseguimos ceñir hay que estar rápidos de reflejos y tirar inmediatamente de través o en ligera ceñida hacia cualquier punto de la costa, planeando o sin planear, sin obsesionarse por intentar llegar hasta el coche. Si nos quedamos en la zona intentando ceñir puede ser que el viento termine de bajar y nos veamos en una situación mucho peor.Si el viento cae por completo y no podemos siquiera mantenernos encima de la tabla está claro que la única opción es remar hacia la playa. Si estamos a veinte metros de distancia lo lograremos fácilmente arrastrando del aparejo pero si la distancia nos hace dudar sobre si vamos a poder llegar o no de esta manera, será momento de evaluar qué hacer: si vemos que pasan unos minutos y simplemente estamos parados en el mismo sitio(cosa que no es muy facil darse cuenta), aplicaremos la técnica de “desmontar en el agua sin perder nada” (explicada anteriormente) para poder avanzar con facilidad, ya sea nadando y dando empujones al equipo que va amarrado en la tabla o bien remando encima de la tabla y el material. Por el contrario, si notamos que la corriente tira claramente hacia mar adentro, es posible que haya que tomar la decisión drástica de soltar el aparejo y remar con fuerza hacia la playa. Si el problema es una rotura de material habrá que ponerse inmediatamente manos a la obra para aplicar alguna de las argucias que explicamos en las dos páginas siguientes... ¡Prohibido quedarse bloqueado!1 Mástil roto:Es la rotura más grave y, desgraciadamente, también la más habitual y la más difícil de prever: es imposible saber cuando se va a romper un mástil por fatiga del material y, aún peor, ¡con los 100% carbono de race ni siquiera usando un mástil nuevo estamos a salvo de este percance!Supuesto 1: estar navegando con tabla pequeña y romper el mástil Sólo podemos hacer una cosa: pedir ayuda, recoger todo el material siguiendo el método de “Desmontar en el agua sin perder nada” y remar hacia la costa esperando que alguien nos vea o nos eche de menos mientras tanto. Hay que tener en cuenta que navegando en olas, normalmente el viento no es de tierra, de manera que antes o después el mar nos devolverá a la playa. Se trata por tanto de desmontar en el agua y amarrarlo todo bien en la tabla para no perder nada cuando lleguemos a la zona de rompiente.Supuesto 2: estar navegando con tabla grande y romper el mástilA primera vista la situación es mejor si rompemos el mástil sobre una tabla grande que sobre una de olas ya que tenemos más flotación, sin embargo, la verdad es mucho menos amable: con tabla grande es mucho más habitual encontrarnos más alejados de la costa, frecuentemente en solitario y, lo que es peor, con viento de tierra en muchas ocasiones. Es posible que el mástil haya cascado parcialmente, quedando quebrado pero sosteniéndose en tensión sobre la funda del mástil. En este caso seguiremos navegando sin hacer movimientos bruscos ni intentado ceñir necesariamente para volver hasta el coche sino, simplemente, llegar a tierra y salvar el pellejo, aunque sea lejos del punto de partida. En el caso de que el mástil haya cedido completamente y, como decimos, estemos solos, alejados de la costa y con viento de tierra (situación imprudente donde las haya pero nada inverosímil entre los que hacemos travesía con tabla de Formula) se trata del caso más extremo en el que nos podemos encontrar, realmente en peligro y, por supuesto, lo primero es pedir socorro por el móvil tanto a algún amigo como a prefectura o policia. El teléfono, siempre a tope de batería, es una arma imprescindible en estos casos pero no siempre hay cobertura... En todo caso, mientras llega el posible rescate, hay que conservar la sangre fría y no caer en el bloqueo mental: se trata de reorganizar el aparejo para poder navegar con la parte inferior de la vela, la que queda en el trozo de mástil válido, generalmente desde unos veinte centímetros por encima de la botavara.Solución 1:Podemos desarmarlo todo teniendo en cuenta que la parte donde se produjo en corte va a estar enganchada con las partes de carbono y las telas de la funda de la vela, lo que nos pondra difíciles las cosas, otra de las soluciones es plegar la vela con el mastil, la parte de arriba ponerla plegada a la parte de abajo como si tuviésemos los 2 tramos del mastil juntos y ataremos con el cabo de emergencia a la botavara para que no moleste demasiado, con un poco de técnica y mucha astucia estaremos navegando en menos de diez minutos.(La verdad nunca lo he intentado y espero que nunca me pase para no tener que probarlo). ;)

Continuara: pie de mastil, rotura de quilla, rotura de botavara, corte de cabos.
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